.Pasamos más tiempo HABLANDO de amor que HACIÉNDOLO.

Yo te miraba en espiral porque te amaba pero quería salir corriendo, mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas. Incapaz de mirar a las decepciones a la cara, volvía de lleno a tu centro, a derramarme, a licuarme, a llenarte de blanco la oscuridad, a dejarte pringada la soledad...mi forma de hacer el amor un deporte de riesgo.

Sigo buscando en los v e r s o s eso que todos sabemos sentir pero que A Ú N no hemos sido capaces de explicar.

lunes, 7 de marzo de 2011

Algunas emociones, tal vez se nos escapen por jugar a ser discretos


Sacar afuera este manojo de impulsos nerviosos qué me recorre entera. De lo más apical a lo más distal. Este cosquilleo intermitente qué supo erizarme la piel. Darle libertad de qué se conviertan en palabras qué intenten contar sin complicar. Qué se alineen en renglones y te hablen de mí. Una vez hecha historia dejar en el buzón. Éstas líneas necesitan una estampilla. Luego de ir al correo, compraré flores “Gracias por apurarme una sonrisa” y claro, también bombones. Pensarán y dirán que eso es de caballeros. Yo me sentiré orgullosa de hacerlo en un mundo aparte qué no distingue de géneros. Qué me hace sentir de 13 años; inquieta, insegura y expectante. Me pondré los pantalones, camisa blanca y corbata. Me perfumaré, engominaré mi cabello y saldré caminando por la avenida. Al llegar a la esquina doblaré a la izquierda y caminaré un poco más. Me sentaré en la vereda cuidadosamente tratando de no arrugar el traje y allí esperaré la llegada del cartero…qué toque timbre, él baje y reciba mi sobre. Sentiré en ese momento trepar por mi nuca un aire frío. Entre la risa y el temor sacaré mi perfume, me rociaré de pies a cabeza aún más y ahogada en fragancia “amor” lo volveré a guardar. Comeré caramelos masticables Flynn paff para calmar la ansiedad mientras cuento cada minuto pasar. Y comeré más para darle tiempo. Pasado un rato me levantaré, acomodaré mi corbata y tocaré timbre. Por un instante pensaré en decirle qué no se moleste en bajar, pero sabrán…eso no es de caballeros. Pues le pondré el pecho a la situación y esa posibilidad quedará desechada. Entonces bajará, me mirará con asombro. Yo respiraré y dominaré el temblor de mis piernas. Con él de frente reafirmaré cada palabra escrita. Defenderé y daré vida a cada oración, cada tilde equivocada, cada verbo mal conjugado, cada punto mal puesto. Le hablaré de porqué los labios secos, el nudo en el estómago, los pies fríos, el rechinar de los dientes, el tiritar del cuerpo, las mejillas ruborizadas, la respiración entrecortada, las palpitaciones elevadas, el pulso acelerado, la risa nerviosa, cada sí, cada no. Sólo así, mirándolo de frente sabré un poco más de mí. Y sin ninguna otra intensión más que despojarme de sentimentalismo le daré las flores, los bombones, le susurraré al oído un “Gracias” y vestida de amor voltearé mi caballerosidad empapada en valentía y con una sonrisa de alegría me iré convencida de que tomé la decisión correcta. Qué nada de malo tenía contarle lo bien que me había hecho sentir.

3 comentarios:

  1. =)
    A veces hacen falta esas demostraciones de agradecimiento!

    Que andes bien

    ResponderEliminar
  2. Me encanto como lo narraste!! Las mujeres deberíamos aprender a ser valientes y no esperar que el hombre de siempre el primer paso.

    ResponderEliminar
  3. mira pendeja, deja de escribir asi porque me vuelvo adicta a tu blog jajajjaa
    besooooooooooooooooo!!!!!! y perdon por el cuelgue pero bueno.. que se le va a hacer..

    ResponderEliminar